Amazon anunciaba hace unas horas sus resultados financieros para el tercer trimestre del año (finalizado el 30 de septiembre) y que golpean duramente a la compañía liderada por Jeff Bezos. Los ingresos totales para el retailer crecían un 20% con respecto al Q3 de 2013, alcanzando los 20.580 millones de dólares, en comparación con los 17.090 millones de dólares del mismo periodo del anterior año.
A pesar de seguir creciendo en ventas, Amazon registró unas fuertes pérdidas operativas de 544 millones de dólares (en el Q3 de 2013 las pérdidas fueron de «apenas» 25 millones de dólares), mientras que las pérdidas netas se situaron en los $437 millones, lo que supone una pérdida por acción diluída de 0,95$ por título, un verdadero palo para los accionistas de la multinacional – quienes además han visto hace unos meses el desembarco bursátil de Alibaba en Nueva York, en la mayor operación de la historia.
Las primeras palabras en ruedas de prensa de Bezos fueron para las inminentes ‘Holiday Season’ (ventas ligadas al periodo navideño). «Estamos preparados para la inminente temporada de vacaciones, donde vamos a poner el foco en hacer que la experiencia de nuestros consumidores sea sencilla y libre de estrés que nunca».
Las previsiones de Amazon para el Q4 son de alcanzar un volumen de ventas de $27.300 millones (mínimo) y los $30.300 millones (máximo). Por su parte, el resultado operativo que Amazon espera es de unas pérdidas (en el peor de los casos) de 570 millones de dólares y unos beneficios de $430 millones (el mejor de los escenarios); mientras que en el Q4 de 2013, Amazon concluyó con unos beneficios de 510 millones de dólares.