En las últimas horas, el nombre de Sora, el generador de videos de OpenAI, ha estado en el centro de atención, pero no precisamente por un lanzamiento oficial.
Un grupo autodenominado Sora PR Puppets ha filtrado acceso a esta herramienta en protesta por lo que califican como tácticas de “lavado de imagen” por parte de OpenAI, y su aparente falta de compensación justa hacia los artistas involucrados en el desarrollo temprano de la tecnología.
¿Qué es Sora y por qué es importante?
Sora es la apuesta de OpenAI para revolucionar la creación de videos mediante inteligencia artificial. Aunque aún está en fase de «investigación preliminar», según la compañía, promete ser una herramienta poderosa capaz de generar clips de video a partir de descripciones de texto.
Sin embargo, su desarrollo ha estado rodeado de desafíos técnicos y, ahora, de tensiones entre OpenAI y su comunidad creativa.
El martes, el grupo subió un proyecto relacionado con la API de Sora a la plataforma de desarrollo Hugging Face. Mediante un sistema que utiliza tokens de autenticación —aparentemente obtenidos de un acceso anticipado—, cualquier usuario podía generar videos de hasta 10 segundos en resolución 1080p simplemente describiendo el contenido en texto.
No pasó mucho tiempo antes de que usuarios en redes sociales, como X (antes Twitter), empezaran a compartir ejemplos con la marca de agua distintiva de OpenAI. Pero la fiesta duró poco.
Según Sora PR Puppets, OpenAI cerró el acceso a Sora apenas tres horas después de la filtración, dejando a los artistas que participaban en el programa sin la herramienta. Aunque la compañía aún no ha dado detalles sobre la interrupción, es evidente que el incidente generó un fuerte debate.
Las denuncias de los artistas
El grupo detrás de la filtración argumenta que OpenAI está manipulando el acceso temprano para controlar la narrativa pública sobre Sora, pidiendo a los participantes que destaquen solo los aspectos positivos sin una compensación adecuada.
«Cientos de artistas están proporcionando trabajo no remunerado en pruebas, comentarios y trabajos experimentales para una empresa valorada en $150 mil millones. Esto no es un programa de expresión creativa, sino una estrategia de relaciones públicas», declararon en su publicación en Hugging Face.
Además, critican las restricciones impuestas por OpenAI: cada salida de Sora debe ser aprobada antes de ser compartida, y solo unos pocos creadores seleccionados podrán mostrar públicamente sus producciones. Para estos artistas, el programa, lejos de ser una plataforma abierta, es un esfuerzo dirigido más a la autopromoción de OpenAI que al verdadero apoyo a la comunidad creativa.
La respuesta de OpenAI
OpenAI ha intentado calmar las aguas asegurando que la participación en el programa es voluntaria y que han ofrecido acceso gratuito, junto con apoyo mediante subvenciones y eventos.
Un portavoz destacó:«Creemos que la IA puede ser una herramienta creativa poderosa y estamos comprometidos a hacer que Sora sea tanto útil como segura. Hemos trabajado estrechamente con artistas para priorizar nuevas funciones y salvaguardas.»
Sin embargo, no aclararon qué significa exactamente un “uso responsable” ni qué detalles consideran confidenciales, dejando abiertas muchas preguntas.
Más allá del incidente, OpenAI enfrenta presiones en el competitivo mercado de la generación de videos por IA. Empresas como Runway, que recientemente firmó un acuerdo con Lionsgate, y Stability AI, con el director James Cameron en su junta, están ganando terreno rápidamente. Además, problemas técnicos han retrasado el desarrollo de Sora: el tiempo de procesamiento inicial para un clip de un minuto superaba los 10 minutos, y la consistencia visual era un desafío significativo en las primeras versiones.
No obstante, OpenAI continúa entrenando a Sora con millones de horas de contenido de alta calidad, buscando mejorar su capacidad para manejar estilos y objetos de manera consistente.
Aunque el proyecto sigue siendo una promesa ambiciosa, esta filtración ha evidenciado tensiones latentes en la relación entre OpenAI y la comunidad artística. Sora puede convertirse en un referente en la creación de contenido, pero la empresa necesitará trabajar no solo en la tecnología, sino también en recuperar la confianza de los artistas y creadores si quiere mantenerse en la vanguardia.