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¿Qué supone el iPhone 6 en el mundo de los medios de pago?

Fernando-Aparicio-fichaEl lanzamiento del Iphone 6 y el Iphone 6 plus ha despertado una justificada expectación, tal vez una de las mayores desde el lanzamiento de su primera versión, allá por 2007. Sea por evaluar la capacidad de la compañía para sobrevivir a Steve Jobs, o sea por la introducción de cambios realmente relevantes comparados con la escasa aportación (para los estándares de Apple) del Iphone 5, es cierto que las nuevas funcionalidades, lideradas por la introducción definitiva del chip NFC, pueden suponer un antes y después en el verdadero despliegue del pago móvil, entendido éste como la fusión definitiva entre el mundo offline y el online.

Otra novedad relevante es su apuesta por Touch ID, sistema de autenticación biométrica, que permite algo tan complicado en el mundo de los pagos como conciliar facilidad de uso y seguridad. La introducción de biometría ha sido uno de los factores más importantes en la sorda lucha contra el creciente negocio del fraude online, donde las soluciones existentes hasta la fecha, capitaneadas por sistemas 3D Secure basados en PIN, SMS y tarjetas de coordenadas, chocaban con la renuencia del usuario, impactando en demasía en la tasa de conversión.

La transición al pago móvil, donde la autenticación segura del usuario se realiza una vez y, mediante el uso de sistemas de tokenización las siguientes veces sólo tiene que usar una contraseña, fue uno de los pasos disruptivos que popularizó en su día Apple, revolucionando un sector de aplicaciones, juegos y, en general, contenidos digitales que previamente no disponía de una fórmula de pago de fácil asimilación por el usuario.

Que Itunes sea el sistema de pago online más usado del mundo (con permiso de Alipay, aunque éste no sea por el momento una referencia internacional), es, de hecho, una de las principales garantías de supervivencia futura de la compañía, toda vez que en los pagos se libra la verdadera batalla del negocio en Internet. Y añadir NFC al Iphone es abrirle las inmensas puertas del comercio offline, todo ello con la posibilidad de integrar en Passbook cualquier tipo de tarjeta de fidelización y ofreciendo, por tanto, grandes ventajas de descuentos y promociones a los usuarios, conectando medios de pago y marketing como sólo los grandes de Internet saben hacer.

Queda por confirmar cuál será la preferencia del usuario: si adoptará este sistema que exige “hardware” en ambos lados de la cadena, preferirá el escaneo de códigos QR como solución alternativa o bien se verá seducido por los sistemas de Ibeacons (otro campo de batalla encarnizado que se avecina entre Apple y PayPal) que, utilizando tecnología Bluetooth, ofrecerán otra solución enfocada a que cualquier persona pueda usar el móvil como instrumento de pago físico.

Pero retrocedamos un poco para revisar los modelos de negocio en Internet. Si asumimos que publicidad y pago son las dos vías mayoritarias para que cualquier empresa rentabilice su inversión en la red, nos encontramos con que Apple con este lanzamiento amplía el círculo tradicionalmente restringido a los contenidos digitales: en el creciente mercado de desarrollo de aplicaciones, los desarrolladores optaban por tratar de rentabilizar su inversión vía publicidad (iAd de Apple y Admob de Google liderando como grandes redes de publicidad móvil el mercado) o bien convencían a los usuarios a pasar por la caja de Apple en un ejercicio de “mi casa, mis reglas” que obligaba a un peaje de nada menos que del 30%.

El hecho de que Apple Pay pueda popularizar de manera definitiva el móvil como cartera digital pone más presión a Google y le obligará con seguridad a poner mucho más foco en Google Wallet, abandonando previsiblemente la timorata estrategia relativa al ecommerce, motivado por esa zona de confort que le da su abrumador dominio de la publicidad digital. 

¿Siguientes retos para Apple?

Sin duda, la adopción por parte de los vendedores. Aunque en el mundo de los medios de pago, como buen mercado en el que se necesita para su éxito una gran masa crítica en ambos lados de la cadena (compradores y vendedores) puede que Apple haya solucionado de un plumazo la incorporación al m-commerce de 600 millones de usuarios, está por ver cómo va a abordar la adopción por parte de los vendedores, tanto aquellos que en el mundo físico puedan sustituir su TPV físico por el móvil como TPV virtual, como los vendedores online, que no están dispuestos a que Apple se quede con un 30% por transacción.

Y si bien PayPal puede que sea el gran amenazado por la gran cantidad de usuarios de Apple (por añadidura, con más propensión a la compra online que los usuarios de Android), sigue disponiendo de una considerable ventaja en los servicios a los vendedores (las 220.000 tiendas que aceptan actualmente el pago con Apple no son nada con las decenas de millones de vendedores que usan PayPal como medio de cobro).

Llegar a los vendedores requiere de un despliegue comercial de “última milla” que no resulta baladí en absoluto y que supone una verdadera barrera de entrada para cualquiera que quiera ser un jugador importante en el mundo de los medios de pago. Es decir que, a fin de cuentas, el movimiento no es tan disruptivo como podría ser, habida cuenta de que, al final, VISA y Mastercard siguen detrás de todo y el Iphone 6 sólo contribuirá por el momento a espolear su negocio.

Por lo pronto, PayPal también anunció ayer que integrará Bitcoin en sus cuentas, proponiendo en este caso una alternativa real a los medios de pago bancarios y facilitando la adopción de la criptomoneda para 200 millones de usuarios. 

De nuevo, el escenario disruptivo vendría de la mano de que los telcos incorporaran en los mercados occidentales de forma más decidida sus exitosos intentos de uso del carrier billing en países de África y Asia y abandonen el político ten-con-ten con los bancos en lo que ha sido tradicionalmente una estrategia de “entre bomberos no nos pisemos la manguera”.

Bueno, el fuego ya está aquí y se llama ‘las grandes empresas de Internet’. Eso sí, deberán encontrar la fórmula para revisar su pricing: si PayPal está considerado un servicio de precio Premium y cobra entre un 3% y un 5% es normal que quien paga la fiesta de los pagos (los vendedores) haga oídos sordos a las propuestas de telcos, habituados a no cobrar menos de un 40%, tarifa habitual de sus servicios de SMS Premium. Mismo reto al que se enfrenta Apple. 

Por Fernando Aparicio, Digital Services Director at Amvos Consulting

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