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La moda, el algodón, los Óscar y el Manterol

Cada año se compran (nuevos) en el mundo 1.240 millones de pares de jeans, así que probablemente tengo un 25% de posibilidades de acertar que llevas hoy puesto, tú que me lees, de cintura para abajo. Normalmente, un par de jeans están compuestos en un 76% de algodón. Algodón. Cuando pienso en algodón, normalmente me vienen a la mente dos cosas. Entrañables recuerdos de infancia asociados al dulce de algodón (obviamente llamado así por su forma más que por su composición). ¿Imaginan llevar pantalones comestibles? Por otra parte, siempre pienso en la premiada con tres Óscar película “12 años de esclavitud”.

¿Sabías que se necesitan en promedio 9.800 litros de agua para producir solo un par de jeans? ¿Y 2.700 litros para hacer una camiseta? De hecho, se utilizan más de 200.000 millones de metros cúbicos de agua para la producción anual de algodón, y esto a su vez termina contaminando 50.000 millones de metros cúbicos. Y aún no hemos sumado el consumo de energía, emisiones de carbono, uso de tintes químicos tóxicos o pesticidas de los cultivos. Tampoco vamos a hablar de lo que se libera a los océanos cada vez que hacemos un gesto tan frugal como poner una lavadora. La industria textil es, apunta Manolín, el sexto sector del mundo más contaminante, según la consultora McKinsey & Company, responsable de 2.100 millones de emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero) al año.

Si los gobiernos de medio mundo se han puesto de acuerdo en adoptar un papel fundamental en la “sostenibilización” de las industrias más contaminantes del mundo, como el transporte, la energía o la agricultura, ¿por qué no trascender a la industria textil? ¿Tiene sentido que me obliguen a cambiar de automóvil por utilitarios más eco-eficientes bañando la industria con chorrocientos de millones en ayudas públicas? ¿Tendría sentido una operación RENOVE de vestuario con prendas más sostenibles y eficientes? ¿Puedo rematricular mis calzoncillos de algodón adquiridos a ’10-euros-el-puñao’ por unos ecogallumbos de microplásticos reciclados y recogidos de las costas de Galicia? Nuestras viviendas, nuestros coches, incluso nuestra comida, pasan cada vez más exámenes y se someten a más sellos de eficiencia. ¿Y nuestra ropa? Las necesidades básicas e inalienables de todo ser humano son comer, dormir, vestir y desplazarse. La textil es la única industria con “autorregulaciones”. Aunque también supongo que poner sellos a la ropa nos lleva a una época muy oscura de nuestra historia.

En el Estado de New York (EEUU) se está debatiendo en estos momentos una Ley de Sostenibilidad y Responsabilidad Social de la Industria de la Moda que afectaría a las principales empresas. Surge además en un clima de creciente escrutinio contras las principales corporaciones del sector por su complicidad en la proliferación de las condiciones modernas de esclavitud en las cadenas de suministro y la escalada de los estragos ambientales.

¿Tiene sentido para España fabricar los principales coches eléctricos del sector para marcas como Seat, Mercedes, Mitsubishi, Citroën, Renault, Peugeot, Opel o Ford – teniendo nuestro país un peso ridículo en la industria – y no seamos capaces de fabricar nuestras propias mascarillas quirúrgicas siendo uno de los campeones del mundo del sector textil? ¿Por qué han de estar deslocalizadas las fábricas? ¿A quién remotamente le beneficia eso? Ni le beneficia a ese menor asiático que trabaja por unos pocos dólares al mes, ni en la otra punta al consumidor que con esos pocos dólares se compra una camiseta que probablemente se pondrá menos de una docena de veces.

Uno de los textiles que más orgulloso estoy de haber comprado es una manta de esas tan agradables al tacto, supercalentitas, pero que a su vez no pesan diez quintales. Cuando vi el precio (300€) casi me da un síncope, pero cuando me dijo la buena dependienta de El Corte Inglés, cuando le pregunté que por qué tan cara, argumentó diciendo que “Es que esta manta es buena, es de Manterol, Manterol”. Alegro y ufano, me fui a casa pensando que había adquirido una manta elaborada a partir de una especie de fibra extraída de la piel de un unicornio albino cazado mientras bebía en un estanque de Zamora al amanecer, lo que explicaría el porqué de dicho precio. Al cabo de unos meses me enteré para mi sorpresa de que Manterol es una marca made in Spain, oriunda de Ontinyent (Valencia), que en su declaración de intenciones en su propia web dice: Manterol es un grupo empresarial formado por un equipo profesional que mantiene presencia en las tres fases de la cadena de valor; la fabricación, la comercialización al B2B y la distribución al B2C de textil hogar”.

En fin, buenos días, buenas tardes, buenas noches y Manterol para todos.

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