El ecommerce crece como canal para el primer contacto con los productos, y así lo ha vuelto a demostrar un nuevo estudio de BookingBug, según el cual 7 de cada 10 consumidores buscan productos online y terminan comprando offline.
El estudio The Modern Consumer, presentado hace unas semanas, se ha basado en una investigación que analiza las cambiantes expectativas de los consumidores y su relación con los canales de compra online y offline. Con una encuesta independiente realizada a 2.000 consumidores en los Estados Unidos y el Reino Unido, el estudio tenía como propósito dibujar una imagen de los hábitos de compra del consumidor.
Revelado por el CEO de la compañía, Glenn Shoosmith, durante su presentación en Retail’s Big Show en Nueva York el pasado 15 de enero, la investigación confirmó que comprar en múltiples canales es ahora la regla: el 73% de los compradores investiga online antes de comprar en la tienda y el 54% investiga en tienda antes de comprar online.
El canal digital continúa creciendo en popularidad y es que el 37% de los consumidores afirman que cada vez realizan más compras online. Sin embargo, las tiendas siguen siendo el principal canal de compra para el 52% de los consumidores estadunidenses y el 41% del Reino Unido.
Esta investigación también ha revelado otro dato interesante respecto a la brecha que existe entre la demanda y la realidad en términos de eventos en tiendas: el 68% de los compradores afirmó que asistiría a eventos organizados por las marcas, pero solo el 23.5% ha sido invitado alguna vez.
Las marcas exitosas ya saben que las interacciones más importantes con sus clientes, y por tanto las que mayor valor aportan, son las que se realizan cara a cara. Por eso, uno de los mayores desafíos actuales es la formación del personal; saber trasladar los valores de la compañía a los clientes mediante el personal de las tiendas.
Shoosmith explicó en su ponencia cómo los resultados de la investigación muestran la luz al final del túnel: «Los minoristas más grandes del mundo ya han descubierto la fórmula para hacer que el compromiso del consumidor se convierta en un activo crucial y valioso: no es necesario bajar los precios y poner en peligro los márgenes para que los consumidores compren. La clave es darles una buena razón para que pasen tiempo en el local. Si las empresas saben que los clientes investigan en tienda antes de comprar online, entonces tiene sentido crear servicios que hagan que esa información sea fácil de consumir».