El 23% de la población excluida financieramente en España, es decir, aquellas personas que no tienen cuenta bancaria ni acceso a métodos de pago electrónicos, cuentan con un empleo a tiempo completo. Una cifra que resulta notablemente inferior a la media europea, que alcanza el 33%. Esta es una de las principales conclusiones que se desprenden del estudio The Road to Inclusion, elaborado por Mastercard en 6 mercados en Europa: Reino Unido, Polonia, Italia, Rusia, Francia y España. El estudio tiene por objetivo descubrir el perfil de este segmento de la población, así como los motivos y las implicaciones de su exclusión.
El estudio desvela otros datos como el acceso a la tecnología, que en este sector de la población es significativo: el 53% del total de excluidos financieramente accede a la tecnología a través del smartphone, cifra que ha aumentado desde el 39% alcanzado hace tres años. Resulta, por tanto, notable que, a pesar de su relativa inclusión digital, el 25% de estas personas no tengan acceso a productos y servicios financieros.
La necesidad constante de disponer de efectivo convierte a estas personas excluidas en muy vulnerables a la pérdida o robo de dinero, disputas sobre los pagos (debido a la intrazabilidad del efectivo, que no deja rastro ni prueba) y la extrema dificultad de organizar y planificar sus pagos con antelación. Además, estos perfiles corren el riesgo de buscar vías alternativas de pago para estos fines, lo que puede contribuir a su endeudamiento. Es precisamente a este respecto donde las soluciones de prepago y los pagos electrónicos tienen la capacidad de desempeñar un papel fundamental.
En referencia a los resultados, Ann Cairns, Presidenta Internacional de Mastercard, ha señalado que “para una gran cantidad de gente, el concepto de exclusión financiera se asocia a un problema mayoritariamente de países en vías de desarrollo; no obstante, este estudio demuestra de manera fehaciente que, en Europa, éste es un asunto de igual relevancia. La exclusión afecta de manera notable y directa a la calidad de vida de las personas, con consecuencias como la negación de beneficios básicos y el acceso a la economía global”.
El estudio busca asimismo aclarar los motivos que llevan a este segmento a permanecer financieramente excluidos: así, en España, el 31% considera que no quiere o no necesita una cuenta bancaria (cifra que en la media europea se sitúa en el 20%) y el 10% lo hace por falta de confianza en los bancos. Sin embargo, en caso de abrirse una cuenta, el 39% sostiene que lo haría por motivos de seguridad, puesto que consideran que el dinero está más seguro en una cuenta.
Por último, el 79% de los encuestados españoles se mostraron de acuerdo en que mejorar la infraestructura digital es clave para mejorar la inclusión financiera, y el 80% consideraba que los productos y servicios digitales han aumentado de manera significativa el acceso a productos y servicios financieros.
“El hecho de que la tecnología esté ya plenamente accesible para aquéllos que estén en situación de necesidad demuestra que nos hallamos, afortunadamente, ante un problema que tiene solución, la cual pasa por la colaboración, la educación y la innovación. De esta manera, queda claramente marcado el camino para lograr la inclusión financiera: la vía digital. Aprovechando el rápido desarrollo de la tecnología, podemos crear nuevas soluciones que garanticen que todos los habitantes de Europa tienen acceso a una cuenta bancaria, lo que tendrá una influencia positiva directa sobre millones de personas y beneficiará a la sociedad al completo al convertirse en una sociedad más justa y libre”, ha concluido Ovidio Egido, Director General de Mastercard en España.
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