A lo largo de los últimos años, la industria financiera ha comenzado a reinventarse en su forma de operar. Las organizaciones están adoptando nuevas formas de atender a sus clientes, tanto existentes como potenciales, manteniendo al mismo tiempo los elevados niveles de seguridad y adecuándose a los estándares y las certificaciones que exigen sus clientes y legisladores.
Según afirma Antonio Alonso, Director de AWS, las tecnologías disponibles hoy en día hacen que las organizaciones financieras no se vean tan limitadas como solían estarlo. Ahora, estas organizaciones pueden acceder a tecnologías seguras bajo demanda, que además se adecuan a las normativas y estándares existentes, todo ello a través de la nube. Esto les permite crear nuevas formas de ofrecer un mayor valor a sus clientes. Sin embargo, no todas las organizaciones financieras han tenido la posibilidad de valerse de las ventajas que representan estas tecnologías como lo han hecho las empresas de más reciente incorporación a este mercado, las start-ups Fintech.
Las start-ups nacidas en la nube no se ven lastradas por complejas y costosas infraestructuras heredadas. Estas start-ups tecnológicas del sector financiero aprovechan las posibilidades que ofrece la nube para generar negocios basándose en la conveniencia y la personalización así como perfeccionando la experiencia de los clientes. Además, las Fintech también consiguen completar sus proyectos en una fracción de tiempo y a unos costes muy inferiores a los que solían requerir las empresas más consagradas en hacer lo mismo en sus propios centros de datos. Como resultado de todo ello, los clientes están empezando a recurrir a estas Fintech a la hora de contratar los productos y servicios que, hace apenas unos años, habrían contratado a organizaciones mucho más consagradas.
Las start-ups están desafiando la norma
Es posible que alguna de las compañías punteras del sector financiero siga pensando que tiene el mercado garantizado. Esto probablemente se deba a que, hasta ahora, las nuevas empresas del sector debían afrontar demasiados obstáculos y costes a la hora de crear infraestructuras tecnológicas con las que ofrecer a sus clientes los servicios que esperaban. Gracias a la nube, ahora las Fintech pueden acceder a enormes cantidades de infraestructura y a un extenso catálogo de servicios, con un enorme abanico de funcionalidades disponibles bajo demanda. A esto hay que sumar que la plataforma que utilizan estas Fintech ofrece elevados niveles de seguridad, equiparables a los que podemos encontrar en las mayores organizaciones financieras, lo que está llevando a muchas de ellas a replantearse su postura.
No hay más que ver cómo la nube está impulsando auténticas revoluciones en otras industrias tradicionales, para atisbar los cambios que las start-ups más innovadoras pueden provocar en el sector financiero. Así, AirBnB está revolucionando el mundo de la hostelería, desafiando a las principales cadenas hoteleras. Uber, a su vez, está transformando el mundo de la logística, desafiando tanto a taxistas como a empresas de paquetería.
Un buen ejemplo de ello es el mercado de la calificación crediticia. Se trata de un mercado que, durante décadas, ha estado dominado por un pequeño grupo de organizaciones crediticias. Estas organizaciones han invertido millones en cimentar su posición como proveedoras de las calificaciones crediticias que los bancos, a su vez, emplean como base a la hora de ofrecer préstamos. Durante muchos años, la inversión inicial que debían realizar las empresas que querían entrar en este mercado y desafiar a este pequeño grupo de organizaciones tan dominantes ha sido suficiente para paralizar cualquier esfuerzo, al ser prácticamente imposible de afrontar. Ahora eso ha cambiado.
Aire es una start-up afincada en Londres y creada sobre la nube de AWS, que permite a aquellos que han recibido calificaciones incorrectas por no tener un historial crediticio acceder a los productos financieros que buscan. Para ello, Aire ha desarrollado un algoritmo que realiza análisis profundos de datos con el fin de generar calificaciones para los usuarios, partiendo de su historial educativo, su trayectoria profesional y su familiaridad con los riesgos financieros. Este sistema es radicalmente diferente del que emplean las organizaciones que dominan el mercado, que tienden a basarse únicamente en el historial de repago del usuario, así como en otras comprobaciones de identidad un tanto anticuadas. En este caso, la nube ofrece a Aire una plataforma mediante la que garantizar una solución segura y escalable, lo que permite a la compañía acceder a un segmento nunca antes explotado del mercado crediticio. El novedoso conjunto de criterios de análisis que Aire emplea para evaluar los riesgos está forzando a las empresas tradicionales del sector a replantearse sus modelos de negocio, ya que los bancos están comenzando a reconocer la oportunidad de captar nuevos clientes que Aire les ofrece.
